Proteger los ojos de los niños de la luz solar es conveniente para que ganen en comodidad visual y fundamentalmente para evitarles que sufran daños oculares provocados por la exposición constante a radiaciones solares. Sin duda, la mejor forma de protegerlos es utilizando gafas de sol polarizadas de buena calidad que tengan los filtros adecuados para las radiaciones UV más nocivas y filtros polarizados para evitar un tipo de luz bastante molesta. Las ventajas de las gafas de sol para niños son innumerables.
Hoy en día, las características, de eliminar el brillo del sol sobre el asfalto/agua de manera proporcionan mejor visión y comodidad superior, las hacen ideales para la mayoría de la gente. En DIAGO creemos que también los niños tienen derecho a disfrutar de todas las ventajas que ofrecen nuestras gafas de sol polarizadas.
Las 5 características principales de las gafas de sol polarizadas son:
- Se pueden combinar con filtros de luz visible y UV de manera que confieren una protección completa.
- Proporcionan una visión sin reflejos. Al menos los de luz horizontal que son los más frecuentes.
- Mayor nitidez y mejor contraste.
- Percepción de colores más naturales.
- Reducen la fatiga visual. Muy recomendadas para niños con alta sensibilidad a la luz
En un estudio reciente se comprobó que el 80% de los padres se ocupan de proteger la piel de sus pequeños y, en cambio, menos de un 25% les protegen sus ojos frente a la radiación solar. Estos resultados son sorprendentes porque todos somos conscientes de que la misma radiación solar que llega a cualquier persona y cuyos efectos hemos explicado aquí llega también a los más pequeños con la misma intensidad.
La radiación UV tiene un efecto acumulativo en la piel y los ojos de las personas: sus efectos no se suelen percibir al instante, sino que las alteraciones se van acumulando a lo largo de la vida de la vida y afloran en la edad adulta cuando ya poco se puede hacer.
Un ejemplo: a los 18 años, ya hemos recibido el 80% de la radiación UV (UVA+UVB) que recibiremos durante toda nuestra vida, pero los efectos sólo se verán mucho más adelante: arrugas alrededor de los ojos, pterigion, cataratas, DMAE, etc…
Importancia del uso de gafas de sol para niños
Las gafas de sol para niños no son unas gafas de sol «en miniatura» porque deben tener en cuenta una serie de características especiales:
- Los ojos de los niños son más sensibles a la radiación UV y sufren un daño mayor que los de un adulto. Un dato: el cristalino de los niños menores de 10 años deja pasar el 75% de los rayos UV, en comparación con sólo el 10% a los 30 años. Eso quiere decir que en las mismas condiciones, la retina de un niño recibe muchísima más radiación UV que la de un adulto. Esto puede provocar graves problemas, sobre todo a la larga.
- Los niños son más sensibles al deslumbramiento que los adultos.
- Los niños pasan mucho más tiempo en actividades al exterior que los adultos, lo que les predispone a recibir una radiación mayor.
- Las características de las gafas de sol deben estar adaptadas a sus necesidades:
- Materiales resistentes y seguros, pero muy cómodos y elásticos, como la silicona, nylon o poliamida.
- Lentes irrompibles de alta protección: lentes de cat. 3 o 4, polarizadas o con melanina.
- Diseños envolventes para que la gafa proteja desde la mayoría de ángulos.
- Puentes diseñados para que apoyen bien en su pequeña nariz.
- Monturas preparadas para colocar fácilmente cintas elásticas o de neopreno que nos ofrecen un plus de seguridad.
Una vez más: utilizar una buena protección es fácil, cómodo y divertido: a ellos les encanta y les hace sentirse mayores, pero no debemos olvidar que las gafas de sol para niños no son juguetes, ni un capricho infantil y es muy importante que les enseñemos a utilizarlas correctamente. Sus ojos nos lo agradecerán.
Rotundamente sí. No a todos los niños les gusta tener que llevar puestas unas gafas cuando salen a la calle pero, al igual que nos pasa a los adultos, los peques están también expuestos a los efectos negativos que provocan los rayos ultravioletas. Además, por lo general, a los niños les gusta salir al parque y jugar con los amigos o pasar los días en la playa o la piscina, en todos estos lugares, los peques están al aire libre y, por tanto, se encuentran más tiempo al alcance de los rayos UV.
Los niños menores de 10 años, tienen una lente cristalina más sensible, es decir, para que os hagáis una idea, debido a esta falta de desarrollo, los más pequeños permiten el paso de más del 75% de la radiación UV, cuando los niños superan los 12 años, el cristalino deja pasar entre el 60% y el 25%, a diferencia de un adulto cuyas lentes cristalinas dejan pasar solo un 10%.
Para que los ojos de un niño estén totalmente protegidos, las lentes de sus gafas de sol tienen que contar con un filtro adecuado a las circunstancias porque si no filtran los rayos UV correctamente éstos entrarán más y los peques se encontrarán más expuestos a daños oculares.
Por norma general, las gafas de sol de los niños no suelen estar tan expuestas a modas y se centran más en el cuidado de sus ojos. Aunque ahora esté de moda las lentes espejadas, este tipo de lentes no son aconsejable para los más pequeños.
Otro aspecto a tener en cuenta para comprar las gafas de sol a los más pequeños de la casa, es la forma de las mismas. Éstas deben ajustarse adecuadamente a su cara, y tapar completamente los ojos ofreciendo la suficiente protección lateral, además no deberán apretarle para que no le incomoden y quiera quitárselas.
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fuentes: linazasoro-optika.eus; centro óptico castillo