Las gafas de sol infantiles son un complemento ideal para el verano, encontramos marcas con infinidad de modelos para que cada quien escoja según sus preferencias. Sin embargo, más allá de la moda, lo realmente importante es que las lentes cumplan adecuadamente su función, proteger a nuestros ojos del sol.
Los rayos ultravioletas procedentes del sol son muy nocivos y potentes, nos llegan incluso cuando hay cielo cubierto.
Estas irradiaciones pueden provocar quemaduras y daños irreversibles en nuestros ojos que son mucho más sensibles que la piel al carecer de melanina (pigmento protector del sol).
Los ojos y vista de los niños y las lesiones oculares provocadas por el sol
En los niños el riesgo de lesiones oculares es aún mayor, debido a que sus ojos no están completamente desarrollados. El cristalino (lente que nos permite enfocar objetos) es permeable a los rayos del sol hasta que se vuelve impermeable en la edad adulta.
Las lesiones que se pueden producir en un niño a causa del sol pueden ser:
- Queratitis (quemaduras solares) con dolor, fotofobia y enrojecimiento de los ojos.
- Alteraciones en la córnea.
- Lesiones degenerativas o quemaduras en la retina con daños severos y permanentes en la visión.
Los daños causados en la infancia tienen carácter acumulativo, es decir, no se regeneran. Las lesiones se acumulan y favorecen patologías en la edad adulta.
A pesar de que los niños son una población de riesgo y tienen mayor vulnerabilidad a padecer lesiones oculares por el sol, son muy pocos los niños que utilizan gafas solares.
¿Cuándo hay más riesgo de lesión ocular por el sol?
Según la OMS, entre las 10:00h y las 14:00h horas se recibe el 60% de la radiación UV diaria, aunque los rayos consiguen penetrar a cielo cubierto y están presentes más tiempo.
En la montaña la intensidad de los rayos ultravioleta aumenta un 10% cada 1000m. Además en lugares en los que hay nieve, agua o arena se da un reflejo extra de los rayos del sol.
No obstante, cuando hay sol conviene proteger los ojos del niño, independientemente del horario o lugar.
¿Qué tipo de gafas de sol infantiles?
Las gafas de sol infantiles deben estar homologadas, de lo contrario pueden suponer un peligro para la salud. Los filtros solares deben bloquear entre el 99% y el 100% de los rayos UV y UVB.
Es muy importante no adquirir lentes de baja calidad. Pueden dilatar la pupila y aumentar la cantidad de rayos UV que entra en la retina. Por el hecho de ser oscuras, no protegen 100% de los rayos UV.
Podemos encontrar las lentes clasificadas en escala de 0 a 4, protectoras de menor a mayor luminosidad. También existen cristales de diferentes colores, cada uno especialmente adaptado a un lugar o actividad concreta. Es importante dejarse asesorar por el profesional dependiendo del uso que vayamos a darle.
Por último, hay que tener en cuenta la morfología de los niños, es necesario adquirir monturas adaptadas que sean lo bastante cubrientes para proteger los ojos de todas las entradas de luz y que se adapten al rostro.
Podemos aprovecharnos de la gran variedad de colores y formas divertidas que existen en el mercado para niños. No será difícil despertar en ellos las ganas de utilizarlas como un complemento más al salir de casa.
Se debe evitar comprar gafas de juguete
Y es que, aunque los niños lo vean como un complemento divertido e incluso una forma de imitar a los mayores que suelen llevarlas, los padres tendrán que ser responsables y evitar comprar gafas de juguete o imitaciones de bajo precio. Sin duda, en este caso, estarán exponiendo a sus hijos a un grave peligro para su salud visual. De este modo, también habrá que prestar atención a que las lentes sean irrompibles, seguras y grandes, ya que los pequeños están continuamente en acción y pueden romperse más fácilmente.
Y es que las consecuencias a corto plazo de exponerse y no protegerse adecuadamente del sol pueden ser graves. De este modo, se pueden dar casos de queratitis o quemaduras solares, que se manifiestarán en los niños con síntomas como el dolor, fotofobia y enrojecimiento ocular. Asimismo a largo plazo no tomar medidas puede llegar a producir alternaciones agudas en la córnea, lesiones degenerativas, así como quemaduras agudas en la retina, que dañan la visión de forma severa.
Sin duda, los padres deben estar atentos para evitar estos problemas y preocuparse de que sus hijos estén protegidos ante los rayos del sol.
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Fuente: embarazoymas.net