Según un estudio realizado en 2017 a 600 niños y niñas, cuyas edades se comprenden entre los 8 y los 17 años, el ejercicio físico realizado de modo regular en lugares abiertos minimiza la posibilidad de desarrollar esta ametropía, que cada vez es más frecuente.
Los autores del informe han señalado que la actividad deportiva es de gran ayuda a la hora de estabilizar la capacidad visual sin corrección, ya que reduce la progresión de la miopía leve y moderada en los más pequeños.
Existe una modalidad de ejercicio denominada “visión deportiva”, en la que se aúnan entrenamientos que mejoran la coordinación visual-corporal y se aumenta el rendimiento físico. Los expertos no dudan en resaltar la importancia de estas prácticas.
Actualmente en España, el 25% de la población padece miopía, y se espera que la cifra aumente hasta llegar a la mitad de la población en el año 2050. En los pequeños, las alteraciones aparecen entre los 6 y los 14 años, y se aceleran con el crecimiento. Si no se diagnostican, pueden ocasionar problemas en el rendimiento escolar o incluso en las relaciones sociales. Los dolores de cabeza, mareos, pérdida de equilibrio o faltas de coordinación ojo-mano son síntomas claros.
También es cierto que determinadas alteraciones visuales se deben a la genética, pero la mejor manera de ejercitar la agudeza visual lejana es practicar deporte y actividades al aire libre.
Respecto a esto último, otro estudio actual, a cargo del Erasmus University Medical Center de Rotterdam, realizado en 5711 niños y niñas, llegó a la conclusión de que los que pasaban la mayor parte del tiempo en lugares exteriores tenían menos posibilidades de tener miopía. Y los que ya la sufrían notaban que sufría menos variaciones.
Tanto el Colegio de Ópticos-Optometristas de Andalucía como la Copa Covap relacionan la mayor posibilidad de desarrollar alteraciones visuales con el sedentarismo, una mala alimentación y la propensión a la obesidad. Otro factor de riesgo, cada vez mayor, es el manejo desde muy temprana edad de dispositivos como smartphones o tablets, debido a que con estos solo se utiliza la visión próxima. Además, estos dispositivos cuentan con una luz que genera fatiga visual y deriva en un mayor grado de miopía.
Así pues, desde Diago recomendamos un ejercicio físico regular en espacios abiertos desde tempranas edades. Salir a jugar al parque, a dar un paseo por la montaña… Son pequeños gestos que agradeceremos el día de mañana.
Y recordad, que es muy importante proteger los ojos de los más pequeños del sol, aunque estemos en invierno. En Diago contamos con una amplia selección de gafas de sol para niños que no deben faltar en tu óptica.
¡Un saludo y hasta la próxima!