No hay un limpiador específico para los lentes de las gafas de natación, de hecho los lentes no deberían ser tocados en absoluto, así que la mejor manera de mantener las gafas para nadar limpias es el uso cuidadoso. Nunca toques los lentes de las gafas para nadar con tus dedos porque esto podría dejar restos o aceite de tu piel allí. Siempre enjuaga tus gafas para nadar después de utilizarlas; esto ayuda a remover el cloro y otros químicos de la piscina que podrían dañar tus gafas con el paso del tiempo, y además este es el único procedimiento de limpieza regular recomendado.
Enjuaga las gafas para nadar (el interior y exterior de los lentes, las tazas de los ojos, las correas y todo lo demás) en agua corriente fresca y limpia. El agua de grifo está bien a menos que contenga mucho cloro. Si no tienes acceso a agua corriente fresca sumerge las gafas en un contenedor de agua fresca y limpia varias veces para enjuagarlas.
Humedece tus dedos en agua enjabonada (el jabón de vajilla funciona bien) y frota las correas de las gafas según sea necesario para limpiarlas, teniendo mucho de cuidado de evitar que el agua enjabonada entre en contacto con los lentes de las gafas o sus tazas. En algunas gafas, pero no todas, podrás remover las correas para que este proceso sea más fácil.
Enjuaga las correas de las gafas para nadar nuevamente para remover cualquier rastro de jabón. Mantén las correas debajo de las tazas para los ojos en todo momento para ayudarte a evitar que los lentes o las tazas entren en contacto con el jabón. Si el jabón llega hasta las tazas para los ojos enjuágalas completamente también.
Cuelga las gafas para nadar en un gancho hasta que estén completamente secas en un área bien ventilada y alejada de la luz directa del sol.
Te contamos los 5 mejores trucos para evitar que se te empañen las gafas de natación. Son trucos que seguro que más de uno hemos utilizado alguna vez y los compartimos contigo.
La saliva
En el top 1 de los consejos que te presentamos está la saliva. Método practicado por la mayoría de nadadores. Es curioso lo de la saliva, pero funciona muy bien. El vaho, que es lo que empaña las gafas, son microscópicas gotas de agua. La diferencia de temperatura entre la lente y el agua condensada de su interior es la razón principal de su aparición.
La única protección práctica es crear una película muy fina que impida a estas gotitas de agua «pegarse» a la lente de las gafas. Las gafas anti-vaho funcionan muy bien, pero la película protectora que traen de fabrica se desgasta rápidamente, sobre todo con el contacto con el cloro o con jabones con pH no neutro. La única manera de mantener la película protectora anti-vaho es no mojando nunca las gafas (por el interior), o solo con agua del grifo de vez en cuando para limpiar la lente, y aun así tiene una duración limitada. Si mojamos la lente con agua clorada la película durará unos pocos entrenamientos. Los micro arañazos que se producen al limpiar las lentes con la toalla o con los dedos también reducen la eficacia de la protección anti-vaho.
Casi todos los nadadores de competición usan su propia saliva para crear esa fina película protectora. Basta con mojar con la lengua el interior de la lente y luego aclarar un poco con agua. Mejor si las gafas antes del ensalivado están secas. Es práctico porque se puede hacer en cualquier momento del entrenamiento y mantener la visión limpia siempre.
Los spays antivaho
Los sprays antivaho son útiles y generan un película que impide la aparición de vaho. Pero no todos son iguales, algunos por ejemplo, los que se venden para los cascos de las motos, crean películas demasiado densas, en algunas tiendas puedes encontrar específicos para las gafas de natación. Eso sí, tienes que rociar con espray muy a menudo y limpiar las gafas con agua del grifo todos los días. Por unos diez euros puedes hacerte con un spray antivaho.
El lavavajillas
Otro de los trucos que algunos nadadores utilizan es lavavajillas. Echas dos pequeñas gotas del Mistol o Fairy de toda la vida, las mezclas con un poco de agua, frotas suavemente las lentes delante y detrá con las yemas de los dedos (no uñas), lo aclaras con agua fría y solucionado. Eso sí, enjuaga las gafas muy bien para que no te caiga jabón en los ojos. Repito, enjuaga muy bien las gafas, o todo acabará en tragedia si dejas algún resto de detergente en tus gafas. En cada sesión, repetir operación.
La patata
El método de la patata. Es un viejo truco de buceador que también se aplica a las gafas de natación. Después de enjuagarlas, restriega suavemente un poco de patata cruda por el cristal interior y déjalas secar. Luego enjuagar y listo.El efecto del almidón dura 2-3 sesiones, algo parecido a la saliva.
Las toallitas húmedas
Usando toallitas húmedas, que además te dejan las gafas limpias e impecables. No tienes ni que enjuagar las gafas después de limpiarlas y prácticamente quedan secas y como nuevas. Las usas justo antes de meterte en el agua, frotando por el interior y por el exterior, y listo.
Consejo
Si es absolutamente necesario que toques los lentes de las gafas para limpiarlas, enjuágalas primero, luego pasa una tela suave y libre de pelusas sobre ellas y vuelve a enjuagarlas al final del proceso de limpieza.
Almacenar tus gafas en una funda o carcasa ayudará a mantenerlas limpias y libres de rayones.
Si eres de esas personas a las que se le empañan las gafas cada vez que va a nadar en piscina o aguas abiertas, este artículo te puede interesar. ¿Cuántas veces te has sentido como Rompetechos a la hora de nadar? Y todo por culpa del bendito vaho que se acumula en las gafas. En piscina, al menos las líneas del fondo te sirven de orientación, pero cuando estás en aguas abiertas, la cosa se complica.
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Fuente: planetatriatlon.com; muyfitness.com