Gafas de sol Infantiles

Más allá de la moda, lo realmente importante es que las lentes cumplan adecuadamente su función, proteger a nuestros ojos del sol. Para ello unas gafas de sol infantiles con una lente apropiada es de vital importancia.

Los rayos ultravioletas procedentes del sol son muy nocivos y potentes, nos llegan incluso cuando hay cielo cubierto.

Estas irradiaciones pueden provocar quemaduras y daños irreversibles en nuestros ojos que son mucho más sensibles que la piel al carecer de melanina (pigmento protector del sol).

En los niños el riesgo de lesiones oculares es aún mayor, debido a que sus ojos no están completamente desarrollados. El cristalino (lente que nos permite enfocar objetos) es permeable a los rayos del sol hasta que se vuelve impermeable en la edad adulta.

Las lesiones que se pueden producir en un niño a causa del sol pueden ser:

 

  • Queratitis (quemaduras solares) con dolor, fotofobia y enrojecimiento de los ojos.
  • Alteraciones en la córnea.
  • Lesiones degenerativas o quemaduras en la retina con daños severos y permanentes en la visión.

 

Los daños causados en la infancia tienen carácter acumulativo, es decir, no se regeneran. Las lesiones se acumulan y favorecen patologías en la edad adulta.

A pesar de que los niños son una población de riesgo y tienen mayor vulnerabilidad a padecer lesiones oculares por el sol, son muy pocos los niños que utilizan gafas solares.

Las gafas de sol infantiles deben estar homologadas, de lo contrario pueden suponer un peligro para la salud. Los filtros solares deben bloquear entre el 99% y el 100% de los rayos UV y UVB.

Es muy importante no adquirir lentes de baja calidad. Pueden dilatar la pupila y aumentar la cantidad de rayos UV que entra en la retina. Por el hecho de ser oscuras, no protegen 100% de los rayos UV.

Podemos encontrar las lentes clasificadas en escala de 0 a 4, protectoras de menor a mayor luminosidad. También existen cristales de diferentes colores, cada uno especialmente adaptado a un lugar o actividad concreta. Es importante dejarse asesorar por el profesional dependiendo del uso que vayamos a darle.

Por último, hay que tener en cuenta la morfología de los niños, es necesario adquirir monturas adaptadas que sean lo bastante cubrientes para proteger los ojos de todas las entradas de luz y que se adapten al rostro. Existen muchas clases de gafas de sol infantiles para poder elegir las adecuadas.

Es frecuente que se hable sobre los peligros de exponer nuestra piel al sol, ya que puede tener graves consecuencias. Pero, ¿cómo afecta el sol a los ojos? Según los especialistas, los ojos son veinte veces más sensibles que la piel frente a los rayos del sol. De este modo, es importante que, tanto mayores como niños, tomen precauciones, aunque en el caso de los pequeños habrá que extremar estos cuidados, ya que sus ojos no están completamente desarrollados y por ello, son más vulnerables a la exposición de los rayos ultravioletas.

Así, en verano, los rayos solares aún son más dañinos y el cristalino de los niños de hasta doce años es prácticamente transparente, por lo que absorbe toda la radiación.

Y es que, aunque los niños lo vean como un complemento divertido e incluso una forma de imitar a los mayores que suelen llevarlas, los padres tendrán que ser responsables y evitar comprar gafas de juguete o imitaciones de bajo precio. Sin duda, en este caso, estarán exponiendo a sus hijos a un grave peligro para su salud visual. De este modo, también habrá que prestar atención a que las lentes sean irrompibles, seguras y grandes, ya que los pequeños están continuamente en acción y pueden romperse más fácilmente.

Y es que las consecuencias a corto plazo de exponerse y no protegerse adecuadamente del sol pueden ser graves. De este modo, se pueden dar casos de queratitis o quemaduras solares, que se manifiestarán en los niños con síntomas como el dolor, fotofobia y enrojecimiento ocular. Asimismo a largo plazo no tomar medidas puede llegar a producir alternaciones agudas en la córnea, lesiones degenerativas, así como quemaduras agudas en la retina, que dañan la visión de forma severa.

Sin duda, los padres deben estar atentos para evitar estos problemas y preocuparse de que sus hijos estén protegidos ante los rayos del sol. Existen muchas variedades de gafas de sol infantiles para que puedan adaptarse a los gustos de sus hijos.

 

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Referencias: wikipedia, embarazoymas.net

¿Por qué deben usar gafas de sol los niños?

A menudo creemos que las gafas de sol en los niños son innecesarias, sin embargo, pueden prevenir algunos problemas futuros como cataratas o incluso tumores.

 

Está claro que, con el tiempo, nos hemos ido concienciando de que hay que protegernos (y proteger a los peques del sol).

Cuando bajamos a la playa o a la piscina, nunca falta en nuestro bolso la crema de protección solar -factor 50 mejor-. Incluso muchos papás, se van concienciando cada día más, y proteger a sus peques para bajar a jugar a la calle, algo que antes no se hacía y era impensable que unos papás echasen crema solar al niño solo por salir al parque.

Sin embargo, los tiempos cambian y, con ellos, nuestra forma de conocer los beneficios y peligros que tiene el sol. Cuanto menos una exposición prolongada sin ningún tipo de protección.

Los médicos, entre ellos dermatólogos, han conseguido que seamos consecuentes y nos protejamos contra los rayos del sol, sobre todo, en verano. Aun así, hay una tarea que todavía tenemos pendiente: la protección de la vista.

No podemos dejar que nuestros ojos y los de los niños queden al descubierto en verano, que es cuando los rayos del sol más penetran en nosotros.

De hecho, problemas como cataratas tienen relación con la exposición a los rayos ultravioletas. Otra de las patologías relacionadas con esto, son los tumores de párpado.

Por ello, os dejamos cinco recomendaciones para usar gafas de sol:

1. La exposición a los rayos es acumulativa

La exposición a los rayos es acumulativa. Como ya os hemos comentado, una exposición prolongada puede causar la aparición de cataras tempranas, así como tumores en el párpado. Por ello, proteger los ojos de los niños del sol es imprescindible desde los seis meses.

Las mejores gafas de sol para ellos tienen que ser cómodas, flexibles, que puedan, en definitiva, hacer lo que suelen hacer (correr, saltar, jugar), pero con gafas. Intentad que estén homologadas y ¡no os fieis de los días nublados! Igual que nos podemos quemar la piel cuando el cielo está más grisáceo, con los ojos también puede ocurrir.

2. Los cristales tienen que ser personalizados

Es decir, cuando tienen los ojos más claritos, se recomienda que las lentes sean de mayor absorción. Los de efecto espejo también son muy buenos porque reflejan la luz e impide que lleguen a los ojos. Igualmente, no os olvidéis de que las monturas se adapten a ellos.

3. ¡Cuidado con los colores!

Si las gafas suelen llevar los cristales marrones, grises o verdosos, es por algo. La razón es que son los que menos alteran la visión. Seguro que todos habéis probado unas gafas con la que todo os parece distinto y eso, es por el color del cristal.

4. Gafas de agua

Igual de importante son las gafas de sol como las de agua. Con unas gafas para nadar evitaremos infecciones como conjuntivitis.

5. La sombra es tu mejor aliada.

Los aires acondicionados suelen resecar mucho las mucosas (a los adultos también). Por esta razón, si nos vamos a la sombra, evitaremos que se les resequen los ojos y desarrollen el síndrome del ojo seco. Si vemos que, por cualquier razón, el niño tiende a tenderlos más secos, podemos usar lágrimas artificiales.

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Fuente: Carla Fuentes González, www.serpadres.es